Intro: anorexia, bulimia y obesidad. Por Cristian Figueredo.

Un aspecto esencial en el tratamiento de las dificultades con el comer es el modo en que se presentan los casos en los dispositivos especializados. Podría definir tres grandes modalidades de acercamiento a los dispositivos que asocio a las tres expresiones sintomáticas que consideró paradigmáticas. Anorexia, Bulimia – Atracón y Obesidad.

La anoréxica acude al dispositivo vía la madre y esto tiene toda su relevancia clínica. De alguna forma la anorexia de la hija hace síntoma en la madre y aunque en un primer tiempo, es un síntoma sin subjetivar, lo que permite es un primer esbozo de lo que puede convertirse en una pregunta que posibilite la demanda. Justamente el pedido de ayuda de la madre (generalizo en términos paradigmáticos por los efectos del estrago materno, tal y como lo señala Lacan, aunque en alguna ocasión puede ser es el padre quien acompaña a la madre) viene al lugar de buscar una respuesta sobe el efecto de impotencia que le genera a la propia madre. La anoréxica suele decir poco. Su posición es la de un rechazo del Otro, por lo que difícil es que se disponga dócilmente al dispositivo, al menos inicialmente. Tanto es así que el cortocircuito sintomático se produce en el Otro familiar y no en el sujeto que está muy a gustito con su síntoma.

Por otro lado vemos en el sujeto bulímico que muy habitualmente suele presentarse solo al dispositivo y con una alta dosis de angustia. Aquí el corto circuito se presenta como aquel factor que predispone una demanda de ayuda. El sujeto se ve imposibilitado para sostener la prohibición auto impuesta y de allí que el desbordarse en el atracón tiene como pago la purga y la consiguiente culpa por el incumplimiento. Nos encontramos así con una pulsión desbocada que no da con las coordenadas de un punto de basta que permita tomar al objeto en una buena dirección.

Y por último al obeso que es sin duda alguna el síntoma más complejo de tratar teniendo en cuenta que la división subjetiva es aplastada por el peso real de la cosa. Se presenta generalmente solo y derivado de otros profesionales de la medicina y nutrición, que más allá de la intervención más o menos invasiva, hacen aguas en el tratamiento educativo, fundamentalmente porque el goce no se educa y si hay alguna posibilidad de reducir algo del goce, debe haber consentimiento del sujeto y en la obesidad, como paradigma del goce, ese consentimiento es difícil que se de a conocer. Digamos entonces que en la obesidad lo subjetivo queda aplastado y si hay algo que posibilita el acercamiento a un dispositivo especializado, es el limite real con el que el propio cuerpo se encuentra. Algo de la dificultad medica precipita el hacer algo…