El alcohol y sus funciones en un caso de adicción. Por Fernando Juárez García.

El alcohol es la sustancia más consumida por la población joven y adulta de nuestro país.

Al tratarse de una sustancia poco identificada con el grupo de las adicciones, pasa desapercibida en algunos casos, entendida como una práctica cultural o recreativa. Lo cierto es que el consumo abusivo de alcohol o su adicción, es una de las causas más frecuentes de deterioro físico, produciendo daños irreversibles en el organismo.

La dificultad en distinguir cuándo estamos frente a un modo de consumo abusivo o a una problemática adictiva con el alcohol, reside en su presencia social. Es aceptado por buena parte de la sociedad que el alcohol es un producto como cualquier otro y no se lo identifica como posible causa de adicción.

El alcohol puede cumplir con varias funciones, según la cantidad que se consuma.

En dosis bajas, puede producir un efecto relajante, permitiendo a quien lo consume, experimentar una sensación placentera de sosiego. Esta es la modalidad más común de consumo de alcohol, asociada al stress y a las actividades lúdicas.

Si se aumenta la cantidad, produce un efecto euforizante y desinhibidor. Frecuentemente asociado a las actividades festivas y sociales. Su efecto desinhibidor genera situaciones de riesgo para quien lo consume y disminuye su percepción del peligro. Son comunes los casos de accidentes de tráfico por consumo de alcohol, las discusiones excesivas o los comportamientos inadecuados, las decisiones poco meditadas o las salidas de tono.

En dosis altas, tiene un efecto anestésico, produciendo pérdidas del conocimiento y permitiendo a quien lo consume “desconectar” de un modo radical. En estas modalidades, ya podemos distinguir una grave dificultad, que tiene como consecuencia el deterioro orgánico y las dificultades relacionales (Familiares/Laborales).

Ayudar al consumidor de alcohol a distinguir su problema es fundamental, ya que en muchas ocasiones, su dificultad es invisible para sí mismo.

Al tratarse de una sustancia que tiene fuerte impacto en el cuerpo y que produce, según su nivel de consumo, un marcado síndrome de abstinencia, la intervención médica se vuelve necesaria. En esos casos, la medicación puede servir de ayuda para la desintoxicación.

En el INSTITUTO CLÍNICO DE BARCELONA entendemos las problemáticas de adicción al alcohol como una mala respuesta a un malestar personal. Se trata de un modo de auto medicación, que intenta aunque fracasa, reducir el malestar que el paciente experimenta.